Parques, espacios abiertos y biodiversidad


La naturaleza no puede verse desde la ciudad como una realidad ajena, sino que debe ser parte importante de la vida de los ciudadanos. Es decir, los espacios verdes tienen que articular la vida de la ciudad y servir de referente en cada acción que se lleve a cabo en la misma. 

En la mayoría de los casos, los Ayuntamientos poseen y gestionan parques urbanos y espacios verdes, así como hectáreas de tierras de cultivo a las puertas de la ciudad. Estos valiosos activos contribuyen enormemente al bienestar físico y mental de la población en zonas densamente pobladas, proporcionando lugares para la recreación y relajación. 

Estos espacios, que también aportan beneficios económicos para la ciudad, deben ser manejados de manera más sostenible, considerándose tanto las áreas verdes urbanas como rurales como un todo dirigido a ser utilizado en beneficio de las condiciones de vida de los residentes, la mejora de las condiciones medioambientales y el aumento de la biodiversidad. Por tanto, se debe incidir en la implementación de programas e iniciativas verdes tanto en zonas rurales como en urbanas.   

Algunas propuestas en ese sentido pueden ser las siguientes:  

  • La idea inicial debe dirigirse a la creación y mejora de superficies verdes urbanas, considerándose como elementos fundamentales en el control de la contaminación y el fomento de una vida más saludable a través de su uso público, asegurándose su protección y uso pleno por y para el beneficio de la comunidad.  

  • Evidentemente, parte de las acciones deben ir dirigidas a optimizar los sistemas de vigilancia de la contaminación atmosférica, fundamentales para el conocimiento y la mejora de la calidad del aire.  

  • En especial se debe poner un especial énfasis en el aumento y cuidado de las superficies arboladas, incrementando el número de parques, jardines y otros espacios verdes e instalaciones recreativas, prestando una especial atención en la restauración de las zonas verdes desatendidas.   

  • Reforestación. En materia de reforestación, se deben elaborar planes de actuación, que permitan aumentar notablemente el ritmo de repoblación para los próximos años, optimizando las actuaciones sobre el territorio en cuanto a especies o uso de los recursos hídricos.   

  • Mayor eficiencia. La forma de disminuir el gasto de recursos (agua, energía, materiales…) asociados al mantenimiento y conservación de los parques y jardines urbanos, pero sin perjuicio de su salud, debe ir ligado a la instalación de sistemas de irrigación más inteligentes en los parques. Esto implica evitar el despilfarro del agua y el uso de de agua potable, promocionando y proponiendo mecanismos para el riego provenientes del uso de aguas grises de las comunidades y edificios. Esto también se traducirá en un reaprovechamiento de los residuos verdes producidos, incrementando su capacidad de captura de CO2.   

  • Mayor empleo. La restauración de las zonas degradadas y áreas verdes de la ciudad pasa tanto a través de la acción de gobierno, con la creación de más puestos de trabajo que permitan el cuidado diario, como la creación de programas de voluntariado y la colaboración con los colectivos de la ciudad. 

La apuesta por espacios verdes urbanos implica un gran número de acciones que permiten estas mejoras medioambientales y permiten reforzar sustancialmente el efecto sumidero de CO2.

  • Entre algunas de esas acciones se puede observar una mejor gestión del agua, la reutilización de los residuos orgánicos como abono en los jardines, o la importancia de la vegetación urbana y el incremento de las cubiertas verdes a partir de especies arbóreas y arbustivas, con el objetivo de mejorar la regulación térmica y sonora.  

  • Se deben fijar metas para el aumento del número de árboles en toda la ciudad, incluyendo las calles principales o las zonas más desprovistas de cubiertas forestales.   

  • Medidas de adaptación. Se deben incorporar medidas de adaptación al Cambio Climático como el drenaje natural, las plantas tolerantes a la sequía o a olas de calor.   

  • Naturalización de los espacios verdes. Igualmente, se debe optar por la progresiva naturalización de los espacios verdes urbanos (especialmente de los grandes parques) a través de la incorporación de especies vegetales nativas.   

  • Compostaje. Una acción a desarrollar progresivamente debe ser también la puesta en marcha y/o mejora de programas que permitan desviar y reutilizar los restos vegetales y de los alimentos mediante procesos de compostaje y esfuerzos similares.  

  • Comunicar zonas verdes. Otro aspecto importante es la importancia de comunicar las zonas verdes y los espacios abiertos de la ciudad. Una respuesta evidente debe ser la creación o ampliación de las redes de vías verdes mejorando las conexiones entre los espacios verdes y las vías verdes.

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