Dos desafíos políticos influyen alrededor de la necesidad de implementar un nuevo enfoque de sostenibilidad y climático en las ciudades: por un lado la importancia de generar los marcos para establecer una visión compartida de lo que es el problema y las respuestas a llevar a cabo; y por el otro, la importancia de tener líderes políticos concienciados y con la capacidad para tomar decisiones que en algunos casos serán difíciles pero necesarias, si el objetivo es alcanzar un futuro diferente al de la degradación del medioambiente y el clima.
Es el momento de buscar otras formulas de tener coraje y visión de futuro y asumir que la crisis económica trae de la mano una crisis social y que es desde los objetivos medioambientales y climáticos desde donde podemos encontrar muchas de las respuestas al creciente aumento de las desigualdades y el desempleo en nuestra sociedad.
Durante muchos años nuestra sociedad ha estado domesticada gracias al establecimiento de objetivos individuales. Evidentemente puede ser mucho más sencillo hacer creer que un sistema económico vinculado a los beneficios rápidos como puede ser el turismo, el consumo, la construcción y la especulación en general tiene más ventajas que empezar desde cero y desde la paciencia, la solidaridad y la formación a todos los niveles.
Pero las circunstancias imponen el cambio, cambio en los hábitos, en la producción, en el consumo, en la sociedad en sí, y también en la forma de hacer política, ya fuera desde procesos de abajo a arriba, pero también en aquellos determinados desde los decisores políticos y su influencia en la sociedad.
Plantear objetivos y superarlos, hacer que nuestras ciudades se planteen metas climáticas aun mayores, requiere innovar y proponer nuevos enfoques e iniciativas que tengan como resultado final el desarrollo de unas acciones que permitan una aproximación mas inclusiva de la sociedad a las políticas de sostenibilidad y de conocimiento y preparación de la población ante el Cambio Climático.
No podemos eludir nuestra responsabilidad ante los nuestros y sobre todo ante los que están por venir. La Responsabilidad Intergeneracional debe ser por tanto, el objetivo principal que guíe nuestras acciones. Es deber de las actuales generaciones el ejercer los derechos y responsabilidades en beneficio de los que están por nacer.
Una política climática dirigida a innovar y buscar nuevos cauces, incluye como elemento principal un gobierno proactivo, que sepa comunicar con sus acciones lo que la ciudadanía requiere del gobierno en este ámbito. Incrementar la atención y la comunicación sobre la política climática debe considerarse siempre un aspecto positivo en la acción política, proponiendo diversas medidas a tal respecto:
- Incidencia en comunicación y formación. Los Ayuntamientos y otros entes locales deben ser actores fundamentales en hacer llegar a la población un mensaje directo sobre la realidad de un sistema basado en un binomio crecimiento-consumo (de suelo, recursos y energía) claramente insostenible y la necesidad de implementar nuevos modelos de acción política dirigidos a transformar y dirigir una transición hacia un modelo social y económico más sostenible.
- Comunicación y formación reflejada en la acción política y ciudadana. Las campañas de comunicación y formación general llevadas a cabo desde las administraciones deben tener su eco ampliado en el trabajo y el esfuerzo realizado por los Ayuntamientos a través de políticas más directas y cercanas.
- Los líderes políticos asumen y conciencian a través de la acción política. El cambio climático y las políticas medioambientales tienen que estar en boca de los principales representantes y candidatos de los Partidos. Se les debe exigir, interés, conocimiento, e implicación con respecto a estos temas.
- El cambio climático un asunto del líder político. Por tanto, los líderes políticos deben enviar señales y mandatos para la acción. Demostrar disposición y liderazgo político y empujar políticas climáticas supondría igualmente un acicate para el resto de actores y estructuras políticas y administrativas.
- La importancia en la elaboración del mensaje. Estudiar la forma en que deben hablar los gobernantes/candidatos sobre el Cambio Climático y la Política Climática y como se puede orientar y conseguir que hablar del Cambio Climático sea una oportunidad tanto a nivel político como electoral. La elaboración de argumentarlos, ideas fuerzas y el estudio de propuestas y campañas en diferentes ciudades, regiones y países debe ser fundamental a este respecto.
- Adaptar las estructuras de los partidos. Las estructuras de los partidos enfocan los asuntos climáticos y medioambientales de una forma generalista y no hacen hincapié o no disponen de la capacidad de generar un análisis de esta características. Se hace necesario, por tanto, una mayor adaptación, formación y concienciación a todos los niveles en estas estructuras.
- Fomentar la colaboración entre partidos. Estar dispuestos a trabajar en colaboración con otros partidos políticos para lograr un consenso sobre las prioridades políticas y lograr una administración estable, en donde las políticas medioambientales y climáticas sean un punto de común acuerdo.
Pero del mismo modo que se pueden proponer acciones para que los actores políticos hagan llegar mejor el mensaje, igualmente cabe lugar preguntarse, cómo son las estructuras políticas que se ocupan de gestionar las políticas climáticas y de sostenibilidad. Las preguntas que nos hagamos se convertirán tras la reflexión en propuestas y políticas más efectivas.
¿Qué culpa tienen las estructuras políticas en el éxito o fracaso de las políticas medioambientales y climáticas?
¿Se puede tener éxito en la aplicación de estas políticas con estructuras políticas y divisiones del trabajo no acordes con lo que se quiere hacer?
¿Cómo se deja de utilizar la demagogia y se asume el discurso medioambiental y climático?
¿Por qué tenemos que entender las contradicciones de nuestro sistema económico, social y productivo y de consumo de combustibles fósiles y por qué debemos trasmitirlas?
¿Hasta dónde llega el compromiso político y cuál es la capacidad y voluntad de actuar por parte de políticos y ciudadania?
¿Cómo generamos “ilusión” a partir de las políticas de sostenibilidad? ¿Cómo hacemos de estas políticas un caballo de batalla que enganchen al electorado y cómo podemos transmitir un mensaje creíble?
La ciudadanía está buscando banderines de enganche a los que aferrarse. ¿Es este uno de ellos? ¿Podemos hacer bandera sin defraudar y sin utilizar estos discursos para cubrir otros intereses?
¿Hablar del cambio climático para ganar votos o ganar votos para luchar contra el cambio climático?
¿En qué se puede quedar la integración de la política climática si se carecen de recursos, falta de instituciones eficientes y modos de trabajo específicos, falta de evaluación, mecanismos de retroalimentación y todos los aspectos que se consideran cruciales para una política de integración eficiente y que no se tienen en cuenta?
¿Cuál es el nivel de apoyo político a nivel nacional y a nivel de otras administraciones y actores?
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