Escuelas y educación verde


  • Al igual que en el caso de las empresas, desde los Ayuntamientos se deben promover alianzas urbanas entre administración, Centros de Investigación y Universidades y ciudadanía con el objetivo de explorar los potenciales beneficios en materia de sostenibilidad que pueden salir de esta unión.

  • Estas alianzas, además de servir como vehículo par proponer respuestas a los problemas existentes, permitirán vincular también las investigaciones científicas en materia climática con la implementación política de las mismas y su impacto sobre la sociedad.  

Con respecto a la educación y la concienciación de los más jovenes, las escuelas e institutos deben ser el punto focal desde donde llevar a cabo la mayoría de las acciones en el ámbito de sostenibilidad y de lucha contra el cambio climático. Algunas de las acciones que se proponen en ese sentido pueden ser: 

  • En primer lugar se deben buscar nuevos puntos de confluencia y colaboración entre los Ayuntamientos y las administraciones con competencias en educación. El desarrollo de programas medioambientales conjuntos de amplia implementación en las escuelas locales será uno de las acciones fundamentales para el éxito del resto de acciones.  

  • Las escuelas deben estar también en el centro de la acción medioambiental de las comunidades locales. Esto implica que el acceso debe ser bidireccional de las escuelas a la calle y de la calle a las escuelas, haciendo de las escuelas centros de actividad de la comunidad ofreciendo sus instalaciones fuera de los horarios lectivos.  

Pero la importancia de los valores medioambientales en las escuelas deben tener su apoyo también en la eficiencia energética y la implantación de energías renovables. Para llevar a cabo tal función, en primer lugar hay que tener en cuenta el estado de las escuelas o el aumento de los precios de la calefacción o la electricidad.   

  • Escuelas más sostenibles. Los Ayuntamientos deben involucrarse, demandar y promover la renovación y/o la construcción de nuevas escuelas que puedan cumplir los estándares adecuados de eficiencia energética e incorporen sistemas de energía renovable.   

  • De hecho, la puesta en marcha de planes de acción en materia de energía en las escuelas, que cuiden la eficiencia energética y las posibilidades de implantar energías renovables, tendrán su repercusión en el ahorro general de las escuelas y la capacidad de disponer ese ahorro hacia la mejora de la educación, mediante, por ejemplo, la compra de libros y otros materiales.     

  • Junto con la administración competente, los Ayuntamientos deben incidir en la transformación de los programas escolares hacia modelos de aprendizaje donde el cuidado del medioambiente y la lucha contra el cambio climático se integren en cada área de estudio.  

  • Ofrecer a niños y jovenes más experiencias culturales en la escuela vinculadas a la protección del medioambiente y la lucha contra el cambio climático.   

  • Del mismo modo, se debe implicar a los padres en estos procesos de aprendizaje y concienciación, fomentando su participación en diversas actividades tanto en la escuela como en casa.  

  • Se deben mejorar y/o implantar estrategias que permitan con toda seguridad que los niños puedan ir andando o en bicicleta a las escuelas.   

  • Un factor vital que complemente la formación medioambiental debe ser la actividad física y la educación al aire libre.   

  • Otros aspectos de importancia que complementan este enfoque son la progresiva eliminación de la comida basura o poco saludable de las escuelas. Garantizar una alimentación sana para los niños debe ir de la mano del uso de alimentos orgánicos y de origen local.   

  • Por último, es de importancia mantener las escuelas saludables mediante la prohibición de productos químicos tóxicos y contaminantes de las escuelas. Ahorrar dinero en el mantenimiento puede suponer un riesgo inmediato para la salud.

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