El modelo económico desarrollado en España en los últimos años, supeditado en gran medida al sector de la construcción, ha sido uno de los principales factores desencadenantes de la actual crisis económica. El sector de la construcción ha soportado en este tiempo una mezcla tóxica de altos precios, deuda o embargos hipotecarios, junto con una ausencia de acceso equitativo y justo a la vivienda social.
Pese a esta situación y la importancia de elaborar políticas que cubran de una forma definitiva las necesidades habitacionales de las familias más vulnerables, la actual crisis se debe también aprovechar para conducir el sector hacia la sostenibilidad tanto en la construcción como en la gestión eficiente de la habitabilidad a través de la rehabilitación.
Una rehabilitación entendida como la acción continuada sobre la edificación existente para proveer la habitabilidad socialmente, y en donde exista un diálogo social que impulse estos objetivos, asegurando la viabilidad de los proyectos y la consecución de una máxima eficiencia en el uso de los recursos.
Es en la escala municipal donde más se debe notar este cambio de modelo. Las posibilidades de rehabilitación que tiene el parque edificado y como se debe redefinir la financiación municipal, tras muchos años dependiendo en parte de los ingresos de la construcción, debe implicar que a partir de ahora no se hable únicamente de la creación de valor, sino también de la importancia a la hora de reducir el consumo de recursos, los residuos o los gases contaminantes.
Las renovaciones energéticas en los edificios representan una inversión rentable, ya que disminuyen el despilfarro energético y con ello el consumo energético en general. Además, los ahorros energéticos realizados por los ciudadanos, las empresas o los ayuntamientos representarán gran parte de la reducción de CO2 necesaria para alcanzar los objetivos de reducción de emisiones fijados.
En las ciudades españolas existe una gran variedad de edificios, antiguos y nuevos, de varias plantas y unifamiliares, de uso público y de uso privado, etc., por tanto, y a la hora de pensar en la renovación de edificios, hay que plantearse la diversidad de actores con los que se debe trabajar y la forma en que se debe hacer, considerando que el objetivo debe ser también la mejora sobre la calidad de vida que generan estas renovaciones, ya sea en las viviendas, en los centros de trabajo, en los centros educativos, etc.
Del mismo modo, el gasto que pueden suponer estas renovaciones se verá compensado con la creación de empleo y la reactivación de la economía, en especial en el sector de la construcción, y el ahorro energético implícito que supondrán las propias renovaciones.
En el caso especifico de España, se debe observar que el 58% de las viviendas se construyeron antes de la aplicación de la primera norma sobre Condiciones Térmicas de los Edificios, en 1979, que introdujo en España unos criterios mínimos de eficiencia energética y determinaba el nivel mínimo de aislamiento térmico que debían tener los edificios.
Es de imaginar el masivo parque de viviendas en España que no cumple esta primera normativa de 1979 ni las subsiguientes normativas que han ido desarrollándose.
Como resultado, el sector de la edificación en España necesita un plan que fomente la rehabilitación y modernización energética de las viviendas y edificios de una manera ambiciosa, estableciendo requerimientos de eficiencia obligatorios en el parque existente, regulando la certificación energética de esos edificios y garantizando apoyos económicos para ese cambio.
Sin embargo, dos desafíos se pueden identificar a la hora de proponer la mejora de estas viviendas. En primer lugar, la necesidad de elaborar los necesarios certificados de eficiencia energética (CEE) que evalúen el comportamiento energético de las viviendas; y en segundo lugar, la evidente necesidad de llevar a cabo renovaciones y rehabilitaciones energéticas en un gran número de estas viviendas mejorando su eficiencia y confort.
A partir de estos desafíos se pueden elaborar diferentes propuestas por parte de los entes locales, provinciales y autonómicos entre los que se considera:
- Progresiva implantacion de certificados de eficiencia energética (CEE). Dado que España está a la cola de Europa en la implantación de los mismos, deber ser una obligación tanto por parte de administraciones, empresas y particulares, alcanzar en los proximos años una implantación generalizada de estos certificados.
- Rehabilitación para reducir el gasto en electricidad y gas. La rehabilitación del actual parque de viviendas tiene su impacto en el aumento de las factura de electricidad y gas, por lo que su rehabilitación permitiría reducir el importe de estas facturas mejorando la economía, en especial de las personas en situación más vulnerable.
- Del mismo modo, la renovación del parque de viviendas hacia viviendas más eficientes, permitirá reducir la huella de carbono y limitar el uso de combustibles fósiles.
- Dinamización del mercado laboral. La rehabilitación de edificios y viviendas permitiría dinamizar el mercado laboral. En ese sentido, se debe prestar atención a diferentes experiencias en diferentes localidades y administraciones que han propuesto el establecimiento de planes de formación ocupacional especializados en rehabilitación energética de edificios dirigida a diferentes profesiones como albañiles o arquitectos.
- Los ayuntamientos deben instar a otras administraciones publicas a llevar a cabo renovaciones energéticas en los edificios e instalaciones que posean en sus territorios. Del mismo modo, los ayuntamientos deben hacer seguimiento de los cambios y renovaciones que empresas y otros entes privados lleven a cabo.
- Mapeo termográfico. Una medida inicial dentro de los programas municipales de rehabilitación de viviendas, debe ser el desarrollo de sistemas municipales “on-line” en donde los ciudadanos y las empresas podrán visualizar la pérdida de calor de sus edificios haciendo uso de la función ”hotmapping” -mapeo termográfico-, y volcando estas mediciones en la página web municipal para su mejor visualización.
- Medidas de apoyo municipales para la renovación energética. Estos sistemas serán la primera piedra para que a través del conocimiento de los ciudadanos se puedan poner en marcha programas de apoyo para que las comunidades, las viviendas y las empresas puedan llevar a cabo acciones de aislamiento de viviendas y eficiencia energética.
- Apoyo en las nuevas tecnologías. De hecho, un eje de acción debe apoyarse en las nuevas tecnologías si el objetivo es culminar de una forma completa los procesos de rehabilitación y renovación, desde los primeros estudios, pasando por la forma de colaboración entre ciudadanos, administración y empresas.
- Una vía para la financiación de actuaciones de rehabilitación energética es la concesión de préstamos cualificados, que pueden amortizarse en pocos años mediante el ahorro energético en los edificios una vez rehabilitados.
- Igualmente otra acción que incida en la sensibilización y los procesos de renovación es la de ofrecer ventajas administrativas y fiscales de diverso tipo a aquellos hogares que muestren sus avances y compromiso continuo en la reducción de energía u otras acciones verdes a través de acciones individuales o los planes propuestos por la administración.
- Los ayuntamientos también deben actuar como catalizadores en la colaboración y la puesta en práctica de estrategias conjuntas entre empresas constructoras y de renovación, empresas que realizan consultorías energéticas, ciudadanos y la propia administración con el objetivo de optimizar aquellos sistemas utilizados en la construcción de viviendas nuevas y renovación de viviendas.
Se quiere recordar los aspectos principales bajo los que la Asociación de Ciencias Ambientales identifica la existencia de un programa de rehabilitación energética del parque de viviendas de España, considerando al menos tres cuestiones: i) la intensidad de la rehabilitación, que determina el volumen de la inversión pero también los ahorros de energía y de emisiones y las mejoras en la calidad de vida de los hogares; ii) qué grupos sociales deben beneficiarse primero de esas inversiones, lo que equivale a preguntarse cuál es la población es más vulnerable; y iii) cómo financiar la inversión, especialmente en un contexto macroeconómico de ajuste continuado del gasto e inversión públicas y elevado ratio de deuda pública y privada sobre PIB.
Los edificios y viviendas de nueva construcción deben ejemplificar el modelo de vivienda sostenible y de bajo consumo energético que debe ser común a todas las viviendas en el futuro. En ese sentido algunas medidas pueden ser:
- Todas las viviendas de nueva construcción deberán cumplir con nuevos diseños y equipamientos orientados al bajo consumo y la eficiencia, requiriéndose la introducción de energías renovables y sistemas eficientes de uso de agua en los nuevos desarrollos urbanísticos.
- Medidas de ahorro de agua. En ese sentido, debe ser obligatorio en las viviendas de nueva construcción, además de fomentarse y facilitarse en viviendas antiguas, el uso de medidas de ahorro de agua, como la utilización de sistemas más modernos de grifos, reducción de la cantidad de agua de las cisternas, o medidas para la reutilización de las aguas grises.
- Toda nueva construcción municipal así como las obras llevadas a cabo por otras administraciones dentro del municipio serán de bajo consumo energético.
- En el diseño y desarrollo de nuevas propuestas para la construcción de viviendas, reconocer los avances que se están dando en diferentes programas y ciudades con respecto al desarrollo de estándares de construcción pasiva (consideradas como viviendas que mantienen condiciones interiores de confort sin necesidad de sistemas convencionales de calefacción, y con un gasto mínimo de energía) así como otras soluciones habitacionales innovadoras y sostenibles.
- En ese sentido, se trabajara por la mejora en la calidad del aire del interior de los nuevos proyectos de vivienda a través de la mejora de las normas de construcción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario